La poesía de Ana Ajmátova ofrece una mirada íntima a la condición humana. Con un estilo lírico y una temática introspectiva, destaca por su profundidad y su capacidad para evocar emociones universales.

Estamos tan intoxicados uno del otro
Que de improviso podríamos naufragar,
Este paraíso incomparable
Podría convertirse en terrible afección.
Todo se ha aproximado al crimen
Dios nos ha de perdonar
A pesar de la paciencia infinita
Los caminos prohibidos se han cruzado.
Llevamos el paraíso como una cadena bendita
Miramos en él, como en un aljibe insondable,
Más profundo que los libros admirables
Que surgen de pronto y lo contienen todo.
Cuando escuches el trueno me recordarás
Y tal vez pienses que amaba la tormenta...
El rayado del cielo se verá fuertemente carmesí
Y el corazón, como entonces, estará en el fuego.
Esto sucederá un día en Moscú
Cuando abandone la ciudad para siempre
Y me precipite hacia el puerto deseado
Dejando entre ustedes apenas mi sombra.
5 datos sobre la poeta rusa Ana Ajmátova:
Ana Ajmátova nació en Odessa en 1889 y es una de las figuras más importantes de la poesía rusa del siglo XX.
Su poesía, influida por el simbolismo y el acmeísmo, se caracteriza por su lenguaje lírico y su profunda exploración de temas como el amor, la pérdida y la identidad nacional.
Ajmátova fue una de las fundadoras del movimiento literario acmeísmo, que buscaba un retorno a la claridad y la precisión en la poesía, en contraposición al simbolismo.
Durante la era soviética, su obra fue censurada y prohibida, y ella misma sufrió persecución por parte del régimen comunista, siendo arrestada en varias ocasiones y enfrentando la muerte de familiares y amigos a causa de la represión política.
Su obra más conocida es “Requiem”, una serie de poemas escritos durante el período de represión estalinista, que reflejan el sufrimiento y la esperanza del pueblo ruso en tiempos de opresión.