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El oleaje del tiempo: 7 poemas de José Emilio Pacheco

14 de may de 2024

3 min de lectura

Los poemas de José Emilio Pacheco, tejidos con lenguaje preciso y evocador, exploran la condición humana con una profunda capacidad de introspección y una mirada crítica hacia la sociedad.

 

Fin de siglo

 

    La sangre derramada clama venganza.

 

Y la venganza no puede engendrar

sino más sangre derramada.

  ¿Quién soy:

el guarda de mi hermano o aquel

  a quien adiestraron

para aceptar la muerte de los demás,

no la propia muerte?

¿A nombre de qué puedo condenar a muerte

a otros por lo que son o piensan?

Pero ¿cómo dejar impunes

la tortura y el genocidio y el matar de hambre?

  No quiero nada para mí.

  Sólo anhelo

  lo posible imposible:

  un mundo sin víctimas. 

Cómo lograrlo no está en mi poder.

Escapa a mi pequeñez, a mi pobre intento

de vaciar el mar de sangre que es nuestro siglo

con el cuenco trémulo de la mano.

Mientras escribo llega el crepúsculo.

Cerca de mí los gritos que no han cesado

no me dejan cerrar los ojos.



El mar sigue adelante: Poemas de José Emilio Pacheco


Fotos

 

No hay una sola foto de entonces.

Mejor así: para verte

necesito inventar tu rostro.

 

 


Imagen


La foto queda allí. Detuvo un segundo.

Se convirtió en pasado en el mismo instante.

El oleaje del tiempo no cesa nunca.

La vejez nos distancia a cada minuto

de la imagen inmóvil donde quien fuimos

contempla fiel al muerto que seremos.




La diosa blanca


Porque sabe cuánto la quiero y cómo hablo de ella en

su ausencia,

la nieve vino a despedirme.

Pintó de Brueghel los árboles.

Hizo dibujo de Hosukai el campo sombrío.


Imposible dar gusto a todos.

La nieve que para mí es la diosa, la novia,

Astarté, Diana, la eterna muchacha,

para otros es la enemiga, la bruja, la condenable a la hoguera.

Estorba sus labores y sus ganancias.

La odian por verla tanto y haber crecido con ella.

La relacionan con el sudario y la muerte.


A mis ojos en cambio es la joven vida, la Diosa Blanca

que abre los brazos y nos envuelve por un segundo y se marcha.

Le digo adiós, hasta luego, espero volver a verte algún día.

Adiós, espuma del aire, isla que dura un instante.



El mar sigue adelante: Poemas de José Emilio Pacheco


Lluvia de sol


La muchacha desnuda toma el sol

apenas cubierta

por la presencia de las frondas.


Abre su cuerpo al sol

que en lluvia de fuego

la llena de luz.


Entre sus ojos cerrados

la eternidad se vuelve instante de oro.

La luz nació para que el resplandor de este cuerpo


le diera vida.

Un día más

sobrevive la tierra gracias a ella


que sin saberlo

es el sol

entre el rumor de las frondas.




El mar sigue adelante


Entre tanto guijarro de la orilla

no sabe el mar

en dónde deshacerse


¿Cuándo terminará su infernidad

que lo ciñe

a la tierra enemiga

como instrumento de tortura

y no lo deja agonizar

no le otorga un minuto de reposo?


Tigre entre la olarasca

de su absoluta impermanencia

Las vueltas

jamás serán iguales

La prisión

es siempre idéntica a sí misma


Y cada ola quisiera ser la última

quedarse congelada

en la boca de sal y arena

que mudamente

le está diciendo siempre:

Adelante



El mar sigue adelante: Poemas de José Emilio Pacheco


Memoria


No tomes muy en serio

lo que te dice la memoria.


A lo mejor no hubo esa tarde.

Quizá todo fue autoengaño.

La gran pasión

sólo existió en tu deseo.


Quién te dice que no te está contando ficciones

para alargar la prórroga del fin

y sugerir que todo esto

tuvo al menos algún sentido.


 
5 datos de interés para conocer a José Emilio Pacheco:
  1. Nació en Ciudad de México en 1939.

  2. Fue un poeta, novelista, cuentista, ensayista, traductor y crítico literario.

  3. Recibió en 2009 el Premio Cervantes, uno de los mayores reconocimientos en el ámbito literario en español.

  4. Fue un traductor prolífico, versionando obras de autores como T. S. Eliot y Oscar Wilde.

  5. Falleció en Ciudad de México en 2014.

14 de may de 2024

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